Dormir bien no solo depende de tener una rutina relajante, también de lo que eliges comer antes de ir a la cama. Existen alimentos que, por sus nutrientes, ayudan a relajar el cuerpo y mejorar la calidad del sueño.
¿Qué hacer para dormir mejor en las noches?
Para dormir mejor en la noche es clave mantener una rutina regular: irse a la cama y levantarse siempre a la misma hora ayuda a sincronizar el reloj biológico. También conviene reducir el uso de pantallas antes de acostarse, ya que la luz azul interfiere en la producción de melatonina.
Además, se recomienda crear un ambiente cómodo y tranquilo en la habitación, con una temperatura agradable y poca luz. Incorporar técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda puede marcar la diferencia para lograr un descanso reparador.
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¿Qué alimentos ayudan a dormir mejor?
Dormir bien depende en gran parte de lo que elegimos cenar. Algunos alimentos contienen nutrientes que favorecen la relajación, equilibran el sistema nervioso y estimulan la producción de melatonina y serotonina, claves para un descanso reparador. Estos son los 10 recomendados:
- Avena, quinoa y cereales integrales: ricos en fibra y triptófano.
- Pasta y arroz integral: aportan energía ligera que ayuda al cuerpo a relajarse.
- Almendras, nueces y frutos secos: contienen magnesio y grasas saludables.
- Semillas de chía y sésamo: favorecen la producción de serotonina.
- Plátanos, cerezas, kiwis y aguacates: frutas que aportan melatonina y potasio.
- Carnes blancas (pollo, pavo): fuente de proteínas fáciles de digerir.
- Pescados azules y blancos: con omega 3 y vitamina D que mejoran el sueño.
- Huevos: contienen triptófano y proteínas de alta calidad.
- Leche con miel: combinación tradicional que relaja y facilita el descanso.
- Infusiones relajantes: manzanilla, tila o melisa para calmar antes de dormir.
¿Qué alimentos se deben evitar antes de dormir?
Antes de dormir conviene evitar alimentos pesados y difíciles de digerir, como frituras, comidas muy grasientas o abundantes. También es recomendable reducir el consumo de cafeína presente en café, té negro, chocolate o bebidas energéticas, ya que estimulan el sistema nervioso e interfieren en el descanso.
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El alcohol y las bebidas azucaradas tampoco son buena opción, pues alteran la calidad del sueño y pueden provocar despertares nocturnos. En su lugar, lo ideal es optar por cenas ligeras que ayuden al cuerpo a relajarse y a prepararse para un descanso reparador.