La convivencia con mascotas se ha convertido en una parte esencial de la vida de muchas personas, quienes consideran a sus perros o gatos como miembros de la familia. Según datos del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, más del 50% de las mascotas comparten la cama con sus dueños.
En España, esta práctica también es común, con un 14% de perros y un 33% de gatos durmiendo junto a sus humanos. Este hábito refleja el fuerte vínculo emocional que se desarrolla entre las personas y sus animales.
¿Por qué compartir la cama con tu mascota?
La decisión de dormir con una mascota suele estar motivada por el cariño y la sensación de compañía que estos animales ofrecen. Sin embargo, esta práctica no está exenta de debate, ya que algunos consideran que puede tener consecuencias negativas para la salud o el descanso.
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Los veterinarios, como Ana Ramírez, directora técnica de las clínicas Kivet, destacan que dormir con tu mascota puede ser beneficioso, pero requiere ciertas precauciones. A continuación, exploramos los aspectos positivos y los riesgos asociados para ayudarte a tomar una decisión informada.
Beneficios de dormir con tu perro o gato
Dormir con tu mascota puede aportar múltiples ventajas, tanto emocionales como físicas. Por ejemplo, la interacción con animales reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, ayudando a disminuir la presión arterial y promoviendo un estado de relajación.
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Además, los perros y gatos, con su agudo sentido del oído y olfato, pueden aumentar la sensación de seguridad al detectar ruidos extraños, lo que resulta especialmente útil para niños con miedo a la oscuridad. También, compartir la cama fortalece el vínculo afectivo entre el dueño y la mascota, consolidando una relación de confianza. Según expertos, estas interacciones pueden mejorar significativamente el bienestar emocional.
Riesgos que debes considerar
A pesar de los beneficios, dormir con tu mascota también conlleva ciertos riesgos. Uno de los principales es la posible transmisión de enfermedades como la campilobacteriosis, la tiña o la toxoplasmosis, especialmente si el animal no está al día con sus revisiones veterinarias o desparasitaciones.
Asimismo, las personas con alergias o problemas respiratorios podrían experimentar síntomas agravados por el pelo o la caspa de las mascotas. Otro inconveniente es que los ciclos de sueño de los animales son diferentes a los humanos, lo que puede provocar interrupciones en el descanso. En casos de perros no castrados o cachorros, también existe el riesgo de que marquen el territorio con orina.
Recomendaciones para una convivencia segura
Si decides compartir la cama con tu mascota, es fundamental seguir ciertas recomendaciones para minimizar riesgos. Los veterinarios aconsejan llevar al animal a revisiones cada seis meses, mantener al día su calendario de vacunación y desparasitación, y cuidar su higiene con baños y cepillados regulares.
Cambiar la ropa de cama con mayor frecuencia también ayuda a prevenir la acumulación de pelo o parásitos. Como alternativa, permitir que la mascota duerma en la misma habitación, pero en su propia cama, puede ser una solución equilibrada. En conclusión, dormir con tu mascota es una decisión personal que, con las precauciones adecuadas, puede ser una experiencia positiva sin comprometer la salud.
