En un mundo que no deja de moverse, donde las pantallas y la prisa dictan el ritmo cotidiano, existe un placer simple y profundamente gratificante: cabalgar al ritmo pausado de un caballo, rodeado de aire puro, silencio y naturaleza.
Montar a caballo no solo es una actividad recreativa, es una experiencia terapéutica que te invita a reconectar contigo mismo y con el entorno. Sentir el paso firme de un noble corcel, escuchar el canto de las aves y ver cómo el paisaje se abre frente a ti es algo que difícilmente se olvida.
Lo mejor de todo es que no hace falta alejarse demasiado para vivir esta experiencia. A corta distancia de la Ciudad de México hay pueblos encantadores que, más allá de su belleza natural y su historia, conservan una fuerte tradición ecuestre. Con recorridos guiados, caballos entrenados y rutas para todos los niveles, estas localidades ofrecen el escenario perfecto para una escapada distinta.
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¿Cuáles son los cinco destinos ideales para reconectar con la naturaleza y andar a caballo?
Acá te presentamos cinco destinos ideales para dar un paseo a caballo cerca de la CDMX:
Xochimilco
Aunque famoso por sus trajineras y mariachis, Xochimilco guarda un secreto poco conocido: el Bosque de Nativitas, un espacio natural donde también puedes montar a caballo.
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Este parque cuenta con extensas áreas verdes, palapas, asadores y zonas infantiles, pero el verdadero atractivo son sus cabalgatas.
Con caballos y ponys disponibles para todas las edades, instructores capacitados y promociones para parejas o familias, es una excelente opción para quienes buscan un paseo relajado sin salir de la ciudad. Ideal para un plan de fin de semana con niños o para una cita diferente.
La Marquesa
El Parque Nacional Insurgente Miguel Hidalgo y Costilla, mejor conocido como La Marquesa, es uno de los destinos favoritos para escapar del bullicio capitalino. Además de su gastronomía típica y sus actividades como gotcha, cuatrimotos y pesca, las cabalgatas destacan como una de las experiencias más buscadas.
Ya sea que prefieras un recorrido corto o una ruta más retadora, acá encontrarás senderos para todos los niveles. El entorno boscoso, el clima fresco y la tranquilidad del lugar lo convierten en un plan perfecto para parejas o grupos de amigos que quieran pasar un día rodeados de naturaleza.
Valle de Bravo
Ubicado en el Estado de México, este Pueblo Mágico es un paraíso para los amantes de los paseos a caballo. Puedes recorrer sus calles coloniales, bordear el lago o internarte en los bosques rumbo a miradores naturales.
Uno de los paseos más recomendados es hacia la Cascada Velo de Novia, un recorrido que atraviesa un mágico bosque de pinos con árboles que superan los 30 metros. También puedes subir a la cima de La Peña, desde donde obtendrás vistas espectaculares del valle. Cada ruta ofrece una combinación única de aventura y contemplación.
Malinalco
Enclavado entre montañas, Malinalco es un pueblo que invita a la introspección y la conexión con la tierra. Acá, montar a caballo es mucho más que recorrer senderos: es descubrir sitios arqueológicos como Los Diablitos, petroglifos, manantiales y otros secretos escondidos entre la vegetación.
Guiados por expertos locales, los recorridos se adaptan a todas las edades y niveles. Y si quieres más acción, también puedes practicar escalada, rappel o ciclismo de montaña.
Tepoztlán
Famoso por su pirámide y su energía espiritual, Tepoztlán también ofrece una faceta menos conocida: sus espectaculares paseos a caballo. Uno de los recorridos más destacados es el de las Brechas de Trote, en la comunidad de Xalatlaco, dentro del Parque Nacional El Tepozteco.
Este circuito atraviesa bosques de pino, encino y selva baja caducifolia, ofreciendo un paisaje cambiante y lleno de vida. Puedes visitar antiguas haciendas, convivir con la comunidad local y admirar el paisaje desde nuevas perspectivas. Una experiencia única que combina ecoturismo, cultura y naturaleza.
¿Alguna vez has sentido cómo un paseo a caballo puede dejar huella en tu alma?
Montar a caballo te permite explorar a otro ritmo, lejos del ruido, del tráfico y del estrés. Cada paso del caballo se convierte en una meditación en movimiento, una pausa necesaria en medio del caos urbano.
Ya sea que lo hagas solo, en pareja o con amigos, esta actividad tiene el poder de transformar un simple paseo en un recuerdo imborrable. Así que ya lo sabes, si buscas una escapada que te renueve, no hace falta ir muy lejos. Los mejores paisajes y la mejor compañía están a solo un trote de distancia.
